martes, 28 de agosto de 2012

Tengo algo que confesar


Tengo algo que confesar, no… no voltees, no quiero que al mirarme en tus ojos tiemble mi voz o escapen los pensamientos. Deja que lo diga de lejos, que mi voz vaya eliminando distancia y baje poco a poco hasta ser un susurro detrás de tu oreja. Yo, el que ha aprendido a no amargar sus deseos con lo que no puede tener… tengo envidia.
Envidia de los calendarios sin mi inicial en ellos. Tengo envidia de los espacios de tu corazón que han estado habitados. Tengo envidia de las pupilas que han visto tu sensualidad desbordarse. Tengo envidia de los rayos del sol que calientan tu piel. Tengo envidia de las ventanas que se han abierto en tu espacio. Tengo envidia de la cámara que sostienes entre tus manos. Tengo envidia que se aviva y cala, del pensamiento que anida tan dentro de ti, de la sangre que te recorre todo el cuerpo.
Tengo envidia de la buena y de la mala también. Tengo envidia de la fantasía que humedece tu deseo; De esa pasión que te arranca gemidos, de esa pared que se pega a tu espalda. Tengo envidia de tu almohada y del agua que te limpia, que te moja y refresca cada mañana, de la toalla que te seca y de la tela que te cubre, envuelve y aprieta; Tengo envidia del palpitar en tu pecho, de la mano que unta de crema cada posible destino de mis besos; Del aroma que flota a tu alrededor y del carmín que pinta tus labios al salir. Hasta de tu día y de tu noche…. tengo envidia.

it’s gone


he tenido un sueño hoy tarde. las cosas se habían invertido. el azúcar se había convertido en morena. los billetes se triplicaban de la nada (habían tres de quinientos juntos). el sepia, qué no decir del sepia, si era el alimento del sueño. solo sé que al despertar la ventana tenía una fisura pequeña. creo que alguna parte del sueño se me escapó.

n.u.b.e.s

esas nubes
discoidales
¿las ves?

abduciendo el bosque
¿las ves?


se acoplan
en la nada

igual que nosotros

¿nos viste?

Sin Bonhomía


Una cuerda suena oscura y ácida,
así como suena el miedo 
cuando abre los ojos.

Y para saber despertar
hay que saber morder escaleras
hasta sacarles chorreando 
todos los pasos 
(como jugo de subidas y bajadas)

Un hilo de música nos cose la estadía,
estamos parados, monteando,
castigando la piel del mundo,
pisando soles viejos.

Estamos también en la noche
sin saber siquiera qué significa
o si es un lugar tal vez, 
o un pedazo de limbo.

Hay suspenso en un sonido,
es el tún tún de una cuerda asustada
durmiendo con un ojo abierto 
sobre una cama de agujas.

Ahora sobre mis dedos solo 
me quedan estos sonidos
que al final son palabras repetidas
diciendo lo mismo,
y que con voz interesante
van cortando el silencio en muchas lonjas.

Y es eso es 
lo que 
escuchan.

Animales











El número uno

Estatua homenaje al fan no. 1 del Club América, Estadio Azteca, 2012.
Dicen que si eres hincha del América, eventualmente te conviertes en estatua de bronce.

Estrellas


Estrellas
Imagen tomada de Fotonostra.com


Allá
Brillan
Cientos
De
Estrellas
Fosforescentes
Grandes
Hibernando.
Imaginan
Jardines,
Kioskos,
Luces,
Montañas,
Nubes,
Ñeque,
Obscuridad,
Para
Querer
Recrear
Su
Tórrido
Universo.
Velada,
Whisky,
Xerografían
Y
Zarandean.

Por Pepe Aguilar Alcántara
@PepeAA

Instantes vacíos.

He hallado lugares vacíos entre los escombros
estábamos en cada uno de ellos
gritando, teníamos miedo
traté salvarnos, pero no quisimos ayuda de un extraño
entonces corrí a pedirte ayuda
pero era tarde
ya habíamos escapado.

El límite.

Aún sigue cayendo
y no hemos intentado evitarlo
no queremos salir.

Madre


Madre con trizteza observo que estas entregando la vida, esas ganas de no luchar en tu mirada perdida me sorprenden abriendo mis heridas
has dejado de ser la guerrera,
que por sus hijos diò la vida,
para dar paso a una total negativia,
a seguir batallando en contra del mal que aqueja tu vida,
no te dejes vencer,
mira que has sido ejemplo a seguir
a lo largo demi existencia.

Madre te quiero de vuelta aunque parezca egoìsta
si tu no te entregas serà màs fàcil lograr la lucha que siempre has sotenido,
de ti yo no lo esperaba pues siempre eres el roble de fuertes ramas que sostiene la tormenta de nueve razones de vida.

Se que no eres eterna, tan sólo te pido que no abandone la lucha que te ha puesto el destino, ruego al cielo que te llene de sabidurìa
para lograr tu cometido, seguir en este plano terrenaldisfrutando de la vida .

Madre dame la oportunidad lo que quizas no te correspondido, vence esas ganas de dejar esta vida, mira que tiernes nueve razones
y el fruto que ellos han rendido, esas pequeñas ramas esperan que guies sus pasos madre te de tus hijos te hablo.


Nurbia Cupares

Para la papisa

Intrigante mirada en los cuencos pálidos de días y noches de claustro, mirada que quebranta mi razón y me incita a crear destellos que se apagan al instante.

Nilza Vargas
@Plavalagunazul

El amor calla y es insoportable

Traía lentes oscuros de tanto tramontarle al sueño. Me besó de perfil, yo que no tenía apetito, y siguió a paso firme.
Beso a beso y fui recuperando las ventanas y la luz del cuarto, cerramos los ojos y abrimos las ganas.
Quedamos, de paso, rendidos ante la mañana. Se fue dejándome el recuerdo de perfil. Escríbeme más seguido, me dijo.
Yo desde ese momento que no la invento, pero ya se hace más seguido que viene a llevarse la revancha del olvido.
Mis labios ya han envejecido desde que no la tengo, se esconde detrás de mi sombra, se hace tempranía.
Ya después de los viernes jadeantes, la toco a cada instante, mi canción preferida.

Esteban A. Díaz.
@Estertor__

la excusa

que el tiempo nos conecta
ya los sabías, lo leíste
en aquel revelador poema

que de las dos cafeteras
una daba el mejor brebaje
y la otra la vida entera

que de los dos consumismos
uno era más agresivo y el otro,
vaciaba de placer tu instinto

que de tu cuerpo alguna marca
nueva tenía que aparecer, ahora
yo seguía conociéndote marcada

que la pérdida de apetito
nos asimilaba en la distancia,
y perdíamos nutrientes básicos
y trasnochábamos

con los ojos muy abiertos,
escuchando latir a la noche y al cielo,
quién sabía, misterio de luz y saliva,
si secretamente pensabas justo lo mismo

que yo

que podríamos comunicarnos bajo este manto de silencio,
que una noche sin tocarnos era una estrategia de la poesía,
que yo alternaba mil sabores y ganaba calor y tiempo,
que la incertidumbre nos sonreía a cada paso y nos unía,

que la rima, ahora y siempre, era el deseo sonoro de perderte
entre un enjambre de palabras, una acumulación de miembros
de otros cuerpos atacados y otras vidas precarias e inertes,
la palabra era solo la excusa,
o quizá, siendo del todo justa,
tú eras la excusa para la creación de este mundo redentor.


(Dicen que la belleza, una vez, se disfrazó de sueño para caminar tranquila. Sola)

Carmen García García
@mamenjohnboy
http://inventadotodoconpalabras.blogspot.com

No sé si lo siento

No sé si pedirte perdón por haberme ido, pero es que para mí nunca estuvimos. Nos conocimos y nos acercamos, pero nos alejamos antes de que nada pasara. ¡Porque no pasó nada! Claro, unas miradas, algunas palabras y un par de sonrisas. Pero nada grande, nada importante por lo qué disculparse. Que te ilucionaste, lo siento. No es mi responsabilidad, sí mi culpa. Mi intención no era jugar. No eres para mi ni yo para ti. Simple. Que lo que pasó lo demuestre. Que soy un cobarde, tal vez. Por no decirte que me iba. Pero es que nunca llegué. Que me disfracé de caballero, tal vez lo soy o tal vez así me quisiste ver. No lo sé. Supongo que se es un caballero porque se hace y cobarde porque se deja de hacer.


Juan Diego Maya Duque.
@Duloms
http://duloms.blogspot.mx

Con Fábula en Breviarios

Esta semana nuestros compañeros de Breviarios nos incluyeron en su programa de radio semanal. 

http://breviarios.com/con-fabula-blogrevista-literaria/

Aquí les dejo el link al podcast del programa.

Con Fábula en Breviarios

El calor de tus manos


De nuevo te tengo,
en el sueño de sentir el calor de tus manos.

De almas tan simbiontes,
de sueños tan acoples
de reconocerme en tu voz y
dejarme habitando en tus palabras.

El estremecer del cuerpo al saberte,
sentirnos complemento.
Nuestra complicidad al dedicarnos el último beso
el único sueño.

Tenerte tan cerca, tan dentro
tan lejos
tan sólo necesitar sentir el calor de tus manos,
tu cuerpo



Eva Beltrán

Añoranza

Lo que hoy hubiese dado por estar con esa tranquilidad.
Lo que desee hoy, estar ahí sentada con esa calma,
Observando la lluvia
Tranquila, despreocupada
Volver a ser niña

Al final del día


Te busco al final del día,
al final del pasillo
al final de éste camino
ahí donde queda el reflejo del mar
ahí donde está mi reflejo. Contigo

Una vez, en un sueño


Miré a Julio directo a los ojos.
Miré a los ojos al niño que mira
desde abajo de esas dos cejas
que gritan España.
En silencio le pregunté que qué pasaba.
En silencio me respondió que nada,
que todo,
que qué si pasa todo
o pasa nada.
En silencio asentí.
En silencio asintió
mientras me miraba.
Sonreí en silencio.
Sonrió en silencio
como quien escapa.
Nos miramos a los ojos
mirándonos en distintas mañanas.
Le di un beso en la frente
y le dije vuelve a casa,
que esto es un sueño,
que esto nunca acaba.
Me dijo adiós con una sonrisa
que decía,
en silencio,
ya estoy en casa.

         Rubén Ochoa

Cualquier cosa (I)

Decir que el reloj avanzaba era sólo un decir, porque llevaba quince minutos en el mismo lugar y no pasaba nada. La fila del supermercado seguía interminable, los niños de la mujer formada frente a ella seguían llorando y el calor insoportable hacía que la blusa y el pantalón se le pegaran a la piel, por la transpiración. Gotitas de sudor le perlaban la frente y sentía que se asfixiaba. Sin embargo, mantenía el gesto adusto y la mirada serena, y mentalmente se repetía que hacer gestos de hartazgo le provocaría arrugas y no solucionaría nada. Se repetía también que salir de la fila e irse a casa era una bobada: necesitaba la harina para el pastel de los niños, y seguro la fila que la esperaba en la tintorería no sería mejor que esta. Entonces se le ocurrió, así como cualquier cosa, que tenía que asesinar a su marido.

(continuará...)

Escenarios del pasado



Estoy aquí, y es tiempo de sentir.
Las luces ya no me ciegan, la grandeza ya no me asusta.
Abran el telón, estoy listo para dejar la actuación.

Quítese las mascaras, muestre su alma.
Baile al ritmo de la madera desgastada. Y tome el micrófono sin importar las miradas.
Disfrute la función, que hoy canto con el corazón.

Todo se resume a esto, no hay nada más qué pensar.
Es ahora o nunca, ¿te atreves a regresar?
No olvides que tú deseabas esto. No olvides las penas que lloraste bajo el pecado que llamamos recuerdo.


Estoy aquí, y es tiempo de robar un suspiro más.
Aplaude para mí, déjame fluir.
No te despidas, volverás a verme aquí.

18:15


Miro

Gente a la que miro pero no se deja ver,
y gente a la que sé con los ojos cerrados.

La Ilusión

La ilusión sabe que no es real, y se sienta a esperar que la sucedan como si fuera su único destino. No entiende que también puede quedarse en el camino, romperse como una pompa de jabón, o terminar archivada en el cajón de los olvidos.
La ilusión espera volverse cierta, pero a veces se cansa de esperar e inventa una estrategia. Se mete en cada resquicio de la duda, aparece en todos los sueños que pueda, y se apodera cuanto la dejen de la razón, en su afán de convencernos que su magia es verdadera.
Nosotros creemos enamorarnos de la ilusión que creamos, y la ilusión cree que nos crea. Es tal la fascinación que nos ejerce, que dejamos de mirar que hay detrás de su esperanza, y en ese minuto de ensueño nos sentimos inmortales, y la ilusión también se imagina que es eterna.
Pero siempre la realidad entra en escena, aburrida de vernos esquivarla. Nos roba la ilusión y la hace suya.
Así la cumple o así la rompe.
Nos deja en llanto, o nos da vida.

Pecado

Todavía

Te pinté de excusa por tapar mis miedos.
Te soñé presente por llenar mis días.
Te busqué tan cierto por quemar mis dudas,
y te hiciste humo cuando más me ardías.

Me vestí a medida de tus pretensiones.
Me ubiqué tan lejos como me pedías.
Me acerqué a mi modo, sin que lo notaras
pero me dejaste cuando te quería.

Me juré mil veces ya no repetirte.
Prometí olvidarte, no llorarte en vano.
Y me fui mintiendo todo lo que pude
que ya no te amaba, pero aún te amo.

Entre un silencio sombroso.


Un silencio tan denso que se podría escuchar el aliento del muro por entre las grietas.

Grietas tan profundas que se desbordaba el alma de esa palabra fija y pétreamente vertical.

Vertical como los que le buscamos significado a esa dama imponente como lo es la noche caída y en pleno enraizamiento.

El enraizamiento en los restos de instantes que se abisman sobre mi cada haber recostado sobre esta sombra.

Sombra de bandadas, de cobijo y extraña luminiscencia que nombra al misterio y es misterio de sí.

Así anochece en esta soledad. Un solitario sombroso entre las piedras y las siluetas que danzan al ritmo de la llama de una moribunda vela.

Velada de ausencias, presente transparencia.

Así el recorrido de lo quieto. Donde la noche es un silencio de cuervos, una ventana que se nos asoma tras el pecho impregnándolo todo.

Donde la vela crea el son de la sombra.

Donde la sombra lleva al enraizamiento.

Donde el enraizamiento desaloja lo vertical.

Donde lo vertical se ausenta y son grietas las presencias.

Donde mis grietas me regresan a este denso silencio.


Alexander Gnomo

Rojo

Rojo
como la sangre y el vino
como la tierra del norte.
Rojo
como mi boca y tu orgullo
como pisar tu camino.



Después de la tormenta... la calma

 

Ana R.