martes, 7 de mayo de 2013

Eso es revolución

Cataratas de Iguazú, Argentina, 2013.

Volver a abrir la herida para sacarle inspiración.
Ser abismo por el puro placer de la caída.
Hacer de un "te quiero" una nota suicida.
Escribir un nombre que sea a la vez todas las cosas y todos los nombres.
Mirar por la ventana y ver hasta siempre.
Hacer de la cascada el río suicida que no acaba de morir.
Convertir lo ordinario en éxtasis extraordinario.
Eso es poesía. Eso es revolución.

Nadia Ochoa

Un error relator.

Cambié el resto de mi vida por un año en el que amé por todas mis vidas. Me quedé en un país donde encontré mi infinito por escasos meses. Pospuse un viaje para irme en unos ojos. El viento tira las palabras en mi cara e inevitablemente escribe sus bofetadas sin que pueda negar mis mejillas. Tomé el riesgo de la sed. Acudí a la boca de la cual sabía que no volvería. El silencio de las dos bocas de donde nacía aquel ahora, por ciertos instantes, en sus recodos, albergó a la imaginación que se valió de ese momento para desterrar al mundo. Derrumbe, crisis e insomnio aúnan sus lineamientos para imperar en mi humanidad: usan los más maravillosos acertijos; las veredas, los árboles, el sabor del imperceptible lunar al ras de su boca, las islas, los golpes de un cautivo entre el pecho que alimenta mi inquietud, su ombligo. Así es como las esquinas y las espinas se desprenden, como esquirlas regadas frente al espejo mental que las multiplica. Es clara su oscura intención de tensión, de azuzar al salto. La conclusión unió al fin y a lo tácito, entonces no fue la calma después de la tormenta, sino la calma de la tormenta. Ciertos aires de exageración al otro lado de la puerta incluyeron al olvido en el resultado de mi inventario. Ahí, luego de aquella silente obra, me convierto en el autor de este dictado, un cúmulo de crisis, derrumbe e insomnio entre bestias de lo esporádico.

Alexander Gómez.

Mañanas, tardes y mediodías


Otra mañana en la que después de rutinear cafés, saludos 2.0 y búsquedas infructuosas de trabajo, me enfrento a mi cuaderno: bolígrafo, hojas cuadriculadas y palabras en espiral.

Me siento en blanco, tan pálida como el reflejo del sol de invierno en mi piel, tan pálida cómo sólo yo sé sentirme. Tan invierno como este otoño en el que el viento no me trae ni su recuerdo ni las promesas que nunca cumplió. Tan otoño como tú, que dejas que mis letras caigan sobre tu piel como las hojas secas; tan otoño como yo que procuro negarme tu imagen para poder arrancarte de estas hojas, de estos ojos.

Otra mañana que se encamina hacia la tarde dejando que el viento la despeine sin preocuparse por ello, estas mañanas descafeinadas que me saben a antiguos despechos; mañanas nostálgicas de otoño, de mantas; de cafés en la terraza observando cómo el suelo del parque se va tiñendo con el ocre de las hojas secas de este cuaderno marchito… a veces amigo, a veces desafiante.

Mañanas que en un suspiro se convierten en mediodías, donde soles otoñales se reflejan en mis ojos para caer rendidos sobre la espiral de palabras que se dibuja en estas hojas.

Mañanas, mediodías y tardes, todos fríos; todos mantas y chocolates calientes que me sonrojan porque me recuerdan al sabor de sus besos en mi espalda, jugando con mi duende… y otra vez mis hadas me hacen cosquillas porque pienso en ti.

Mañanas que al desvanecerse, se vuelven pasado cercano; y tardes que traerán algún descafeinado más con sabor a muy posibles desengaños, a mariposas que no volarán hasta bien entrada la primavera.

Mañanas y tardes; mediodías que dejarán preguntas y mensajes sin responder porque sus letras caen como hojas secas en el olvido. Mañanas que te niegan y tardes que me afirman. Mediodías que cuestionan estas hojas… y estos ojos que se preguntan si estas palabras secas tendrán algún sentido.

Ester Marfer



No supe de vacíos

Aún no logro definir el vacío porque me acostumbre tanto a la abundancia que la palabra se extinguió o me quedó chica.
Tal vez, nunca fui hecha para tan breve espacio porque siempre supe que nací para abarcar mucho.
Tal vez, nunca fuiste poco por eso no me permitiste sentir que algo hiciera falta que me llenara.
Y al abarcar por completo tu mundo me sentí tan ancha, que la tierra comenzó a quedarme chica.
Yo, era un mundo rodante, lleno de sonidos desde todos los rincones de mis ecos.
Así fue como logré abrazarte con todo y mi escaso cuerpo, 
me sentí tan poderosa que ningún mundo externo lograría romperme de nuevo.
No supe de vacíos, tú no me dejaste verlo. 
Tampoco me dejaste sentir el frío que lleva todo miedo.
No supe de soledades porque siempre sentí tus pasos, 
esos que indicaban que ibas tomado todo el tiempo de mis manos. 
Nunca solo, confiando, como confía un ciego a la mano que lo lleva caminando.
Gracias por tomarme de mis sueños y hacerlos ecos de los tuyos.
Gracias por venir a pintar cielos nuevos y limpiar de todo dolor los viejos.
Por hacer de mi cuerpo tu casa, de mi pecho tu coraza,
de cada uno de mis pensamientos la fuerza para que yo jamás experimentara la derrota.
Gracias por permanecer inquebrantable a pesar de tanta piedra aplastante en el camino.
Por seguir con ello con más voluntad y firmeza sorteando junto conmigo toda la tormenta que llegaba.
Fuiste hecho de todo y de nada y te construiste como se construye un sueño que lucha por su propia existencia.
Te ganaste la tierra porque el cielo, ese siempre te ha pertenecido.
Mi corazón, y con ello mi voluntad enterara para no permitir que el infierno jamás te toque mientras yo me encuentre cerca.


Silvia Carbonell L.



Maletas Cargadas De Recuerdos




´Las maletas las dejas en la distancia pero los recuerdos los llevas a cuestas…
y en el alma´ -Javier Aguilar.

Allí estaba otra vez, con la espina del olvido enterrada en el recuerdo y la luz tenue que alumbraba la esperanza de poder olvidar resignado a vivir con el recuerdo que lo mataba por dentro, la soledad, la melancolía y el insomnio eran sus acompañantes noche a noche. Huyendo del martirio que le causaba aquel recuerdo decidió partir de aquel lugar donde había gozado y llorado. Desde tempranas horas salió a buscar quien lo llevara a su otro destino. Primero atravesó un bosque donde al caminar sobre las hojas del último otoño se quebraban así como su alma se moría al recordar aquella figura de una mujer que hoy quedaba como una desconocida. Al atravesar el bosque encontró a un campesino que manejaba un pequeño camión donde transportaba naranjas, el lo llevo a una parada de buses…llegando a la parada de buses el joven se bajo tan rápido que no le agradeció por haberlo llevado. Esperando el bus vio a dos niños brincar un charco de agua, y la muerte le dijo:-Velos jugar, la vida los tratara muy mal-decía la muerte al oído del joven. Subió al bus y pegado a la ventana del bus durante todo el camino…llego a la otra estación de buses al bajar del bus vio a una señora de aproximadamente 70 años sentada en una silla mal clavada y una mesa delante de ella donde leía la mano y el puro, la señora al ver al joven le dijo:-Joven, la muerte le acompaña y pronto usted se irá con ella. El joven sonrió al escuchar a la señora y respondió:-Señora, a la muerte la traigo tomada de la mano desde que la mujer que amo nunca más quiso tomar mi mano. Esperando el otro bus decidió a irse lejos y sin recuerdo boto las maletas al lado de un pordiosero que estaba protegiéndose del frio con unos cartones. Subió al otro bus y a la mitad del camino la muerte le dijo: ¿Por qué dejaste las maletas? ¿Que estas esperando tomando bus en bus? El joven respondió:-Espero a que decidas la hora en que tú me lleves.


¡¿Quién Sabe?!



Veo a la gente y no encuentro alguna,
todas la personas ya no soy ni cuando quieren,
ya nadie quiere querer por no salir queriendo,
todos se ven pero nadie se siente.

Todos respiran y nadie suspira,
el egoísmo de querer sólo lo suyo,
todo y cuanto es nuestro,
esas cosas que no tienen dueño,
el amor, los celos, también el miedo.

Yo tan narciso ya no me ahogo,
tú tan tirano ya no das miedo,
nosotros tan perdidos,
y nadie quiere buscarnos.

Sabes algo, ¡Te deseo!.

Sabes algo, Ya no cumplo. 

Te amo bipolar, porque te "Odio"


Yo te amé, cuando las razones para odiarte eran muchas, pensé que quizás si eras tu pero no el momento, pero hoy me paro miro el suelo y noto que se te cayeron todas tus oportunidades conmigo, descuida no necesito explicaciones, tus acciones hablaron por ti misma, no te preocupes por mi, sabes que me duele, pero tampoco lo goces ya me había ilusionado antes. Todas las ganas que tenia de quererte toda la vida, me las quitaste, sin embargo aun se me estremece el corazón cuando me hablan de ti, por eso si llegas a sentir que alguien te extraña, ten por seguro que seré yo quien lo hace, por si las dudas, para mi seguirás siendo tu, porque consiente estoy de que algo fuimos, no sé qué fue, pero me encantaba ser tu "algo".
Y la vida como da mil vueltas, algún día te volverá a traer a mi y espero que ese día todo sea diferente...

La lección



Saben, después de todo he aprendido que nada es lo que parece
y que para estar feliz muchas veces no necesitas lo que crees necesitar, cosas o personas;
tan solo la presencia; de un conocido, un amigo o incluso alguien que menos lo esperas puede consolar
y casi siempre es el silencio lo que más reconforta.
De palabras se vive, se engaña y se traiciona pero;
compartir un silencio sin que se vuelva incomodo, eso es único y verdadero;
es como un momento robado a la vida.
Al final del día tristes o alegres somos lo mismo,
un recipiente de sueños: rotos, vacíos, cumplidos y por realizar.


Camille

Mis ellas



Soy una mujer que viene de familias matriarcas, por consecuencia, las mujeres han venido a reinar mi vida y también mi cama.
La más grande de ellas es mi madre, mujer de justicia, inteligente hasta el encabronamiento, determinante y fuente como un roble, la amo.
Mi Fénix, esa mujer que ha aprendido a vivir al límite entre la vida y la muerte, jugando a la ruleta rusa mientras reparte sonrisas.
Una mujer callada que habla hasta por los codos, que ha compartido mis locuras por culpa de las letras, ella es escarlata, a veces tornasol.
Otra mujer de letras, que es capaz de crear estrellas con el verdor de sus ojos, también cómplice de locuras, letras, llantos y sonrisas.
La mujer de labios rojos y mirada profunda, que tiene la habilidad de entregar amor al por mayor, a la quien leo todos los días, mi mujer, mi amor, mi sostén.
La dama blanca, que se pierde como el sol, pero cuando me quiero recargar en un pecho, sabe siempre como llegar a ofrecerme el suyo.
A las mujeres de mi imaginación, que amo y me aman sin ni siquiera existir, pero que me han dado el placer de convertirlas en letras.
La mariposa que me enseñó a ser mujer, amante, esposa, amiga, enfermera, quien me enseñó el camino a la madurez.
Aquellas mujeres en mi vida que me han enseñado a ser hermana, que a pesas de las diferencias, siempre se debe estar, amar y respetar.
Las creadoras de estas mujeres, mis abuelas, robles llenos de besos y abrazos.
Las madres de mis amigos, que sin ellas y su determinación, no tendría hombres a quien amar y llamarles hermanos.
Las mujeres de mis amigos, que han tenido el valor de meterse con ellos, y volverlos locos, hacerlos sonreír y amar de por vida.
Todas estas mujeres de colores, letras, esfuerzo, música, abrazos y besos, las amo, admiro y respeto, son algunas de las mujeres de mi vida.

Helena Sibarita
@LaCkatrina 
http://lackatrina.wordpress.com/