martes, 27 de agosto de 2013

Medidas estándares del vacío



Profesamos bajo el altar de la fierecilla
Creo que los sueños se entretejen en las sombras.
Mientras rayábamos olvidos en los mugrientos baños del recuerdo.
Y van cayendo por su peso esas palabras.

Aquel día yo estaba en el parque, alimentando a los niños del maíz y a los pterodáctilos... mientras pensaba en ti.
Porque seguimos dentro de un mismo vientre que nos contiene.

Todo fue otra Victoria derrotada, un filme porno de los años 20 rodado para nuestras omisiones
Andamos resguardados pero sentimos el vacío.
Porque ya nadie quiere poetas en el abismo.
Habría que empezar a sentir la vida de ojos para dentro.

Medidas estándares del vacío
Como una alegoría caduca de la felicidad.
Te tengo en un altar budista (con inciensos y todo) y sobre él reside también la nada,
Me queda eso, o recorrerte el cuerpo con los labios.

En un tránsito de vacíos.
Para volver al filo de lo que fuimos.
Sombras que catalizan caramelos
Hiriendo con sus punzantes esquinas de luz.

Recuerdo cuando siempre te rogaba que leyéramos un pasaje del Libro de Arena, desnudos, y me mandabas al diablo.
Porque así como nos protegen, nos lastiman.

Quizás nunca te lo pedí, pero lo quería.
Vamos a vivirnos dentro. Para aprender a descifrar el secreto de la vida.

Quizás se lo pedí a tu sombra, a tu estantigua de arena.





Larry Cumstock - @GregorioLywer
Claudia Yenisey - @Cy___


en ese sitio

en ese sitio


donde hubo un nido de serpientes latiendo
donde fraguó el rigor de la argamasa
donde el pozo se tragó al niño y se hizo la siesta 
bajo la manta del espino en la espesura 
donde las ascuas de la fiebre se ovillaron 
donde el nudo se arrancó los ojos y los cabos
donde el cerrojo se embutió sin preámbulo 
ni coqueteo
donde pisó descalzo el silencio
donde hundió su huella el silencio
donde sembraron sus plantas los pies desnudos
del silencio

donde el silencio se parió a sí mismo
con los labios tan secos como la horca
del cordón que lo nutrió con ceniza y con el jugo
de las piedras

donde la mitad derecha del hombre partido que soy
le rebanó la garganta a la izquierda
sin perdones ni guerra ni amenazas

ahí
en ese sitio
apareció de entre la selva
agreste y desnuda tu boca
tu boca y la fauna alada de tu voz
tu voz que libó de mi nombre un día
que un día tu voz me dio un nombre
y entonces existía

tu voz pájaro de la mañana
tu voz que me dio una voz
tu voz que anidó perenne
en la mía

ahí
en ese sitio
el accidente germinal de nuestras voces
plantó su canto

y no habrá piedra
y no habrá pozo
que nos haga parte 
de lo caído

aunque de tu boca a la mía
aunque de mi boca a la tuya
aunque entre nuestras bocas
solamente quede en pie 
lo callado.
 
por diego villaseñor.
@arbolador

El alba de un sol que amaneció de medio día

La primera vez que vi sus ojos me reconocí en ellos encontrando la bienvenida.
Él parecía contestar, llevo mucho tiempo esperando por ti.
Y me miró, como si toda mi voz tuviera sentido en el recuerdo de todos sus ecos.
Sin llorar, con el puro sonreír; y desde ese momento supe que me había enamorado.

Nuestros ojos platicaron ese breve instante que nos vistió de eternos;
porque aunque corto el tiempo, su mirada se quedó clavada en todo mi rostro.
Y toqué sus manos cálidas buscando una respuesta.
Las tenía todas; las dejó en mis labios;
lo supe cuando mi corazón se despidió del pasado y se llevó sus heridas abiertas.
Todo estaba de mi parte perdonado.

Estoy narrando el alba de un sol que amaneció de medio día.

Nunca vi unos ojos tan sabios a tan corta edad.
Sobre todo con la comodidad de saberse esperado,
y llegar instalado en ya se habían tardado.

Una sonrisa radiante que iluminaba la sala.
No había ojos que no voltearan, hacia el niño de los grandes ojos abiertos.

No conocí abrazo más fuerte, que el que ya traía su propia fortaleza en el vientre
No conocí más duda, porque todas murieron en el momento que él apretó mis manos.

A veces las grandes lecciones vienen de almas pequeñas con enormes corazones.
Y también en ellas viene tu fuerza, tu lucha y tu propia redención.
Que más da con cuantos pies camine el mundo, si el mundo no carga tu peso.
Si el peso de tus alegrías y tus lágrimas, solo lo conoce tu propio corazón.

Silvia Carbonell L.


No estoy en venta



No soy mujer de precios ni me pongo en venta.
Soy mujer de principios que no se pone en oferta.
Si usted pretende pagar mi lealtad, se equivoca; se gana.
Debe comenzar por ofrecer un sentimiento genuino;
de esos que no se fingen, que no se disfrazan de adulaciones
para conseguir sus propios beneficios.

Debe comprender que a una mujer como yo,
no se le lastima; se le ama.
Se le aprende y se le enseña a bajar la guardia.
porque cuando una mujer como yo se entrega;
no existe más devoción en mi cuerpo,
ni pasión que usted conozca;
que le entregue hasta su alma.

Cuando una mujer como yo, ama;
se viste de usted;
baja infiernos y enciende camas.
Entrega el corazón envuelto en sus ojos
y se queda viviendo en el suyo para siempre.

Cuando una mujer como yo, se entrega;
va incluida con cualidades y defectos.
Con lealtades e inseguridades.
con el aliento para sostenerlo
y con la suavidad de mis manos para acariciarlo.

Hablar de mis virtudes, sería ponerme en la vitrina
de un triste aparador por donde todos miran,
y no soy mercancía de las que se calan
para que usted considere que se lleva una rebaja.

Quien pretenda adquirir mis sentimientos,
debe luchar con demonios existenciales.
Lamer las heridas que me han marcado,
y no desperdiciar ni una sola de mis lágrimas.

Así que usted no puede pagar lo que yo entrego,
ni ponerle cifra a lo que ofrezco.
Sería ponerme precio, y no me vendo.

No hay valor que se compare,
ni precio que sea suficiente,
para pagar el amor y lealtad de una mujer
que arranca su corazón aún latiendo,
para poderlo entregar a expensas
que cualquiera lo pise y le haga daño.

Y recuerde;
cuando una mujer como yo, se quede a su lado;
es porque hombres como usted no me han comprado,
es porque he elegido compartir mi camino;
con un hombre de esos no existen en cualquier sitio.


Silvia Carbonell L.





Palabréame esta.


Palabréame esta
  • Azotada por mi léxico.
  • Esposada a tu semántica.
  • Enredada en mi significado.
  • Perdida en la métrica de tus versos.
  • Volteada por mi rima.
  • Ensimismada con tus diptongos, alterada por tus hiatos.
  • Tildada de salida en mis puntos y aparte.
  • Hambrienta de tu domino de la lengua. (Te miro, te admiro. Sedienta y hambrienta. Viva la lengua española, viva la lengua hambrienta.)
  • Salivan tus letras por alcanzar el sabor de mis silencios.
  • Me escondo tras tus vocales que arden por mis consonantes; tú y yo, asonantes.
  • Sudan mis sílabas al amarrase a tus encabalgamientos.
  • Yo descanso a las sombra de Tu T y tú te columpias en los arcos de Mi m.
  • Soy letra condenada a no tocar tu lengua.
  • Somos palabras que se llevó el aire, un viento de otoño que nos despeinó las tildes.
  • Muérdeme hasta que no haya más silencio.
  • Cállame los versos, grítame los besos.
  • Habla con mis silencios, no quieren decir tu nombre.
  • Mi nombre se deletrea con tus suspiros, se escribe con tu sangre.
  • Mi nombre es tu lengua buscando el lugar en mi cuerpo.
  • Somos lenguaje corporal escrito sobre sábanas blancas. Nuestro sudor, nuestra tinta.
  • Que nunca sea tu lengua muerta.
  • Que nos pasemos la noche punto y seguido, punto y seguido, punto y...
  • Hasta que el punto se ruborice de ver nuestro final.
  • Ese punto se escribirá con tinta roja.
  • Escríbeme con saliva, la tinta qué.
  • Sea nuestra piel lienzo, sean nuestros dedos pincel. Seamos la ilustración de este cuento sin final.
  • Escuece lo no dicho. Se hunden las palabras que son herida. Se agrieta el silencio. Tú. Yo. Solo un hueco sin significado.
  • Y se abren las heridas y sangra nuestra musa, que arrinconada maldice nuestras plumas que ya no se dejarán escribir.
  • Déjate escribir, no tengas miedo.
  • Tengo miedo a perder las letras, que me dejes muda de versos. Que me robes las estrofas en las que me refugio.
  • Mis letras y tu desnudez. Tu lengua y mi significado.
  • Nos conjugamos en presente perfecto, y futuro incierto. Tu verbo, tu sexo, es imperativo.
  • Mi piel sigue erizada por la historia que escribiste en ella.
  • Mis dedos se enredan en tu pelo, y trenzan los versos que me cuentas en silencio.
  • Haz que tu cuerpo se convierta en todos los significados que no llegamos a entender. Que gima, que grite, se retuerce de placer. En cada letra un nuevo cielo que tocas.
  • Y llenaremos el vacío de nuestros folios en blanco con las promesas de nuevas letras entrelazadas, de nuevos cuerpos unidos formando nuevas palabras. Inventemos un nuevo lenguaje con nuestras lenguas anudadas.
  • Y hacernos palabra, hacernos silencio que gime en nuestra nuca para recordarnos que no somos, no existimos. Somos uno, somos orgasmo. Grita mi nombre hasta que se quiebren tus labios. Ganas que nos devoran en el desierto. Tu piel arena. Tu mirada la cueva. Desemboco.
  • Nos callamos por no molestar a los libros que nos leen desde la estantería, dibujando en sus hojas la pasión de nuestros ojos. Te toco otra vez, me tocas de nuevo, para leer el braille de nuestros poros.
  • Te toco. Desemboco. Como lo hiciste con nuestra historia, regaste las páginas muertas de nuestro árbol con insidiosas mentiras que se burlaron de todos los suspiros derramados. Tras la ventana te ríes viendo llegar el fin. Ninguno de los dos se atreve a pasar de página, y nos ahogamos porque lloramos por lo que tenemos y no sabemos contener. Somos fin sin haber comenzado. Y ríes entre lágrimas mientras el sol destroza mi piel.
Julio Muñoz y Ester Sinatxe

Revuelta



Sufro una crisis de infertilidad, y ya no sé como llamarle a este letargo-mascota. Salir, para poder volver a entrar y me he vuelto a dejar las llaves en una cerradura ajena.

Esta salida está empapda y se resbalan las manos directas a escribirte "rómpeme el corazón desde las piernas" en tu muro, desde el otro lado de la webcam.

Para variar subo a mi espiral, esa que gira desde tu epicentro hacia mis terremotos; me saben a poco todas tus ganas y me encierro entre las palabras que nunca te susurraré. Desde las yemas de mis dedos se escapa otro suspiro que acaba roto y húmedo, tendido sobre unas sábanas que nunca se deshacen.

Espero que este otoño venga cargado de espíritus que nos dejen sus cadenas en algún altar y podamos venerar estas deshoras que nos cuidan el insomnio.

Ester Sinatxe

Persiguiendo relámpagos

La carta




Tomó el sobre en sus manos, la abrió, y sacó la carta. Sintió el papel entre sus dedos; ese papel que también, un día, fue tocado por las manos de ellos. 
Era una hoja desgastada, donde el tiempo y la distancia estaban presentes en cada arruga y pliegue; cada letra guardaba una caricia.



Querida hija,


Nunca olvides serte fiel, cree en ti, y en tus decisiones. Cuando la adversidad se presente en tu vida, recuerda de dónde vienes, regresa a tu hogar recordando tus principios y el amor que siempre se te dio y seguirá dando. 
Con esa fuerza en tu mente, lucha contra lo que sea que impida tu camino.


Tus padres que te aman.



Sonrió, guardó de nuevo la carta en el sobre, cerró los ojos, la colocó junto a su corazón, y con esa fortaleza se levantó a perseguir otro sueño. 



Ana R.

Instrucciones para mirar por la ventana

Primero que nada consiga una ventana, de preferencia en un edificio no muy alto y que la ventana de a la calle.

Tome asiento frente a la ventana, mírela de lejos, vea la luz que de ella emana y la que entra a través de ella, ahora puede ver que la ventana también lo esta viendo, lo mira verla y usted se da cuenta, se miran mutuamente, se miran mirándose, no tenga pena, es normal, usted esta a punto de ver su alma y de entrar a ella. En un momento ambos serán lo mismo, la misma persona y la misma ventana. Hay que tener en cuenta que mirar a través de una ventana es algo "personalísimo", íntimo, no todos ven lo mismo aún estando frente a la misma ventana al mismo tiempo, esto se debe a que cada quien ha estado expuesto a diferentes vidas y paisajes y algunos les gusta mirar para afuera sin mirar dentro y para mirar por la ventana hay que saber mirar en ambos sentidos.

Relájese, coloque sus piernas en un ángulo de noventa grados y su espalda recta, de ser posible recargue su espalda en el respaldo de la silla, descanse los brazos, su cabeza déjela caer hacia atrás y así relajar el cuello, mantenga atentos los oídos en los sonidos que vienen del ojo que le mira, sienta el calor que de ahí emana la luz que entra, respire profundo, contenga un poco, paladee los aromas, reconozca los colores con sus olores, use su memoria y su imaginación, observe con su cuerpo.

Levántese de la silla, no abra los ojos, diríjase hacia la ventana y mire todo que lo que observó.

Abra los ojos.

CAMINANTE

CAMINANTE

Soy la pantomima
Del vuelo de una hoja
Que cayendo
Se empeña en invitarme a bailar
Y es lo que hago, caminar
¿O no lo mismo cuando se está feliz?

Los mejores caminos te llevan a ti mismo
Y los peores Te vuelven más normal,
Que es acaso la peor de las fiebres.

Al sabio errante
Que se hace camino al tropezar,
Que es el camino más seguro
Perder la piedra para no perder el camino
Y esquivar el camino para tropezar a propósito
(De eso se trata el pulular de las moscas).

Tropezador que se vuelve camino soy yo
Tropezador que pierde la piedra
Tropezador que se cae a propósito
Tropezador de nuevos paisajes,
De acercarme a aquel dios interior llamado universo.

El camino forma al caminante
O al revés
Poco importa
Si supiera me quedaría quieto de piernas e impasible de manos.
Yo sólo  camino,
yo solo camino,
Con la creencia de que escribir es otra forma de elevarse,
quizás menos juiciosa, pero más gratificante.

Leer es una forma de volverse camino
Creer es una forma de volverse camino
De lo contrario, Ud. Sr. lector no estaría aquí.

Menos yo.

Ventanas vemos

REPETICIONES


Esto es el inicio de una pausa, una pausa que dura días,días que me entristecen, tristeza que tiene miedo,
miedo que coloca sus dedos en mi mente,
mente que no para de pensar, pensamientos que con ligereza son alucinaciones,
alucinaciones que contraatacan, contraataque que siempre pierdo,
pérdida que argumenta, argumento que se cansa por estar tan extenso,
extensidad que no llega hasta tu rostro, rostro que lucha a diario por dejarme cautiva,
cautivación que se nota entre la gente, gente que se niega,
negación que se contagia, contagio que me hiere,
herida que no para de sangrar, sangre que bombea al ritmo de tu risa,
risa que es culminante, culminación a mis sentidos,
sentidos que ahora están paralizados, paralización que da frío,
frío que da melancolía, melancolía que abruma la noche,
noche que huele a soledad, soledad que está a punto de huir,
huida que me tiene inquieta, inquietud que provoca escribir,
escrito que forzosamente lleva tu nombre, nombre que no quiero dejar de repetir.



Paula Sánchez Olivares
"La bien querida"
@cosquilluras.

SOÑÉ

SOÑÉ

Soñé que volaba
y las nubes a mis pies.
Soñé que ataba con cuerdas las estrellas
y gritaba tu nombre.
Soñé que te hablaba
y contestabas la noche
mientras yo te miraba.
Soñé que volaba con tus ojos por alas
el desierto en silencio
con sus sombras señales
con pedazos de nada.

Fabiola Simon Islas

Rompiendo el ayuno

Rompiendo el ayuno.

Un corte, tus emociones salen a flor de piel, rebano tus heridas y escarbo tus órganos para encontrar la razón que he perdido. Tu sangre se vuelve el eco de mi cuchillo, cerceno tus piernas, tus pies siempre fueron tu mejor lado. Un grito que se une a las voces de mi cabeza, mientras el diablo espera en la puerta que abandone mi ayuno.


Amina Caputo